Si alguien nos hiciera esta pregunta apelaríamos a la historia personal o a los roles: Soy maestro, o carpintero, empleado, empresario, tantos años de edad, tantos hijos o no, casado o divorciado o...
Si perdiéramos la memoria y nos extraviáramos y termináramos en un lugar donde no pudiéramos recuperar nuestra historia aún seguiríamos siendo alguien y otra vez apelaríamos, para su definición, al ser que circunstancialmente somos: no sé quien soy, sólo sé que perdí la memoria y me encontraron en...
Somos EL QUE ELIGE.
A veces elegimos poco: buscamos pareja porque se busca pareja, tenemos hijos porque se tienen hijos, buscamos un empleo porque necesitamos mantenernos, compramos tecnología porque los demás compran tecnologia...
Alguna vez se nos abre un hueco interior profundo y después de un período de extravío de nuestros roles elegimos por primera vez!
Este gran desconocido que nos habita aguardó la ocasión primaria y fundamental de que seamos quien elige.
Esta es la Pascua personal, esta es la resurrección.
Reconozco que la mención de Pascua es circunstancial al hecho de estar en una Comunidad Católica para esta fecha y con el reconocimiento de que la resurrección no tiene credo y no tiene siempre un nombre y tiene infinitas maneras de recrearse.
La resurrección se produce en las más cercanas y distantes culturales, en el interior profundo de los seres que no sabemos, en fechas impensadas, sin ritos, sin dogmas, sin sacerdotes, sin gurúes. Tiene un nombre desconocido y una experiencia inefable. Es la comprensión de saber que se nació verdaderamente sin poder describir este hecho siquiera de una manera figurada.
Y cuando ocurre uno comienza a ser el que elige, verdaderamente...
Y cuando esto ocurre el que estuvo esperando por nosotros tanto tiempo, nos abraza celebrando el fin de tanto desencuentro...
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